La unión en el rebaño obliga al león a acostarse con hambre

(Publicado en Artículos el 15 de mayo, 2005)

"La voluntad es la fuerza."
Menandro de Atenas.

El debate alrededor de la jerarquía del Derecho Comunitario sobre el Derecho Interno de cada Estado parece estar de moda, a raíz del choque de la CSJ con la CCJ. En un conversatorio con uno de los magistrados de la CCJ, un grupo de compañeros y yo, todos amantes del Derecho y profesando un amor patriótico atrevido, argumentábamos que era totalmente ilógico la supremacía de la CCJ sobre nuestra propia CSJ. Ahora creo que estábamos argumentando más con el corazón que con la mente.

El artículo de mi amigo Eduardo publicado hoy en esta misma página, y del Lic. Acuña publicado la semana pasada, son muestras que la ley de Murphy para abogados es cierta: toda ley o sentencia que tenga más de 2 líneas permite argumentos a favor de una o la otra parte. Quisiera apartarme entonces de las leyes y atrincherarme en la razón, donde surgen las primeras.

Aclaro que sigo manteniendo que no es acertado comparar el SICA con la Unión Europea, pero eso no significa que no guarden relación. El proceso de integración de la UE ha sido totalmente pragmático desde sus orígenes, cuando Schuman, en aquella frase célebre, lo definió como la puesta en marcha de “objetivos concretos”, que creasen una “solidaridad de hecho”. Esto es el fundamento de toda integración, sea europea o de la Cochinchina. Como el título de este breve artículo, la integración consiste en la unión de unidades políticas (Estados) en un único bloque. Aquí, más que leyes o fallos, lo imperante es tener la voluntad de hacerlo, pues ésta es la que da valor a las cosas pequeñas.

Nuestra integración está en pañales, y retrocedemos cada vez más: Honduras se retiró de la CCJ, a los ticos no les interesa el proyecto, y nosotros le ponemos más interés a nuestra política cavernícola que a las verdaderas necesidades económicas y sociales. Basta viajar por tierra centroamericana y ver que tenemos en común una Centroamérica eternamente en vías de desarrollo. En este panorama, lo lógico es que se enfrente la pobreza común centroamericana con una unión de países centroamericanos, pero ello implica dejar fuera criterios diferentes y subterfugios políticos. Muchos de los fracasos de esta vida vienen de gente que no se percataron lo cerca que estaban del éxito, cuando lo abandonaron, parafraseando a Edison.

Por ello, primero definamos qué queremos, cuál es nuestra prioridad, si la unión de nuestros países hermanos centroamericanos, o si preferimos quedarnos aparte. Una vez que hagamos esto, los argumentos a favor o en contra de la CCJ y de la CSJ, estarán de más, pues el Derecho se va ajustando a los consensos del hombre. Recuerdo a Einstein: “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. ¿Cuál es nuestra verdadera voluntad?