Leteo y la aventura de editar
Buenas noches. En cada proyecto de Leteo han participado diferentes personas y artistas, que desinteresadamente han aportado su grano de arena para que todo sea un éxito. Como dicen que “la gratitud en silencio no sirve de nada”, no hay mejor ocasión que agradecer públicamente a todos los que hicieron posible que nos reunamos esta noche:
– A Margarita Vannini, directora de este instituto, y a su equipo de trabajo, especialmente a Anabelle Jeréz y María Teresa Reyes, que prácticamente nos dieron las llaves de esta casa.
– A Sergio Ramírez, un doble agradecimiento: primero por acompañarnos en esta mesa, y principalmente por hacer posible esta publicación. En 2009 publicamos en Leteo una antología de sus cuentos, Perdón y olvido, para la cual Sergio cedió sus derechos de autor, y con cuyas ventas ha sido posible crear un fondo que ahora permite publicar a autores jóvenes, siendo el libro que hoy presentamos el primero enteramente cubierto con estos recursos.
– A Carlos Fonseca Grigsby, poeta joven de gran valía que colaboró con nosotros en el libro, y que hoy nos acompaña también.
– A Valeria Zelaya Lacayo, una de las mejores ilustradoras que tenemos, que se dio a la tarea de interpretar y desentrañar las verdades ocultas del libro de Javier, y nos entregó una ilustración bella que engalana la portada.
– A Jorge Mejía Peralta, él un fotógrafo excepcional, que supo captar en su fotografía a Javier, y que siempre nos ha apoyado en estas actividades.
– Y finalmente, pero no menos importante, a Javier, por permitirnos trabajar con él, compartir con él y aprender con él.
Leteo es una iniciativa editorial sin fines de lucro que creamos dos amigos en 2005, a partir de la publicación de Retrato de poeta con joven errante, en su momento la primera antología poética de la generación del 2000, llamada «Generación del Desasosiego» por Gioconda Belli o «Generación de la Noluntad» por Helena Ramos.
Junto a Francisco Ruiz Udiel, quien falleció trágicamente la noche del 31 de diciembre pasado, llegamos a la conclusión que nuestra misión como creadores no era únicamente «crear» nuestra obra, sino también responder al compromiso de crear los espacios para que nuestros compañeros también puedan crear. Por eso decidimos crear un modesto sello editorial, que ya llega a doce títulos, y en las que hemos tenido el privilegio de publicar a autores jóvenes como Missael Duarte, Víctor Ruiz, Arquímedes González, entre otros, así como dos antologías poéticas de nuestra generación. Al mismo tiempo hemos procurado crear puentes con autores ya establecidos, y editar antologías de maestros excepcionales como Claribel Alegría, Sergio Ramírez, y en el próximo año, Gioconda Belli, como una forma que los jóvenes podamos tener acceso a la obra de ellos.
Todo esto no ha sido con la intención de crear una escuela, o canon de cómo debe escribir el joven, por el contrario, lo que hemos querido es abrir los espacios y que cada quien, con su libertad creadora y su técnica literaria, pueda darse a conocer. La poesía de Missael Duarte es muy diferente a la de Víctor Ruiz, como la de Víctor es muy diferente a la que propone la antología Poesía ante la incertidumbre, que a la vez, guarda distancia de la obra de Arquímedes o de Hanzel Lacayo, cuyo libro de poesía Hasta el fin ya está en imprenta. Es decir, es una iniciativa editorial que ha procurado ser una ventana de lo que esta generación tan heterogénea está escribiendo. En un país donde cada vez hay menos oportunidades para publicar, que dos jóvenes sin mayor privilegio que amar a la literatura hagan esto representa una gran aventura.
Hablando de Francisco, antes de su desaparición física teníamos coordinado publicar en Leteo tres libros para este año. Después de Poesía ante la incertidumbre, que presentamos hace dos semanas, éste es el segundo título en que Francisco se involucró directamente y cuyos esfuerzos puede dar fe el propio Javier, en un proceso de selección y trabajo que comenzó el año pasado, exactamente para este mismo mes.
Una de los detalles que más disfruto es cuando el libro sale de imprenta, y toca revisar si el bebé ha salido completo, sin fallas, si tiene todos sus dedos. Esto, que como lector y editor se parece tanto al parto de una nueva criatura, es sin dudas una celebración. Queremos agradecerles especialmente a ustedes por acompañarnos en esta noche, en esta celebración del libro de Javier, que es también doble celebración porque es un libro de cuentos, un género que poco a poco se abre puertas en esta república de poetas. Sin querer alargar más de lo necesario esta introducción, quiero presentar a quienes dan realce a esta mesa de presidio…
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(Nota: Algunos asistentes al lanzamiento de Historia vertical, libro de cuentos de Javier González Blandino que presentamos anoche en el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA) de la Universidad Centroamericana (UCA), me pidieron que compartiera mis palabras de bienvenida/introducción, así que aprovecho para hacerlo por esta vía. Por cierto, después de más de un año de exilio web, y con importantes cambios en su estructura interna, regreso a mi sitio con la intención de una mayor disciplina para mantenerlo al día, así me toque doblarme en cinco personas diferentes y hacer el tiempo necesario.)
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