Somos pequeños Hércules luchando contra los monstruos bicéfalos

(Publicado en Artículos el 19 de junio, 2005)

La patria es dicha, dolor y cielo de todos, y
no feudo ni capellanía de nadie. José Martí

En la mitología griega, el héroe Hércules, después de acudir a su primo Euristeo, tiene como penitencia llevar a cabo sus famosos Doce Trabajos, cada uno de ellos un reto en todo el sentido de la palabra. En su trabajo décimo, Hércules mata a Geriones y le roba sus rebaños. Menciono este 10° Trabajo por la singularidad con que se relaciona la lucha de Hércules con la que está librando el pueblo nicaragüense contra la dictadura bicéfala y otros monstruos. Lo detallaré brevemente.

Geriones tenía tres cabezas, seis brazos y seis piernas y ante todo, una fuerza extraordinaria que lo hacían conocer como el hombre más fuerte en toda la tierra (nótese la similitud). Sus rebaños pastaban cerca de los de Hades y estaban al cuidado del pastor Euritión y del perro Ortro, un monstruo bicéfalo (nótese nuevamente la similitud e ironía) hermano de Cerbero, el guardián de los infiernos. Al llegar a Tartesos, en el Estrecho de Gibraltar, el perro Ortro se precipitó sobre él, pero Hércules lo vence con su mazo. Lo mismo ocurrió con Euritión que había ido en ayuda del perro. Hércules comenzó a llevarse el ganado, pero al enterarse, Geriones lo enfrentó en una lucha: el desconocido Hércules contra el “hombre más fuerte de la tierra”. Es como decir, el despreciado pueblo nicaragüense contra ese monstruo poderoso nacido con los pactos. En el caso de Hércules, le dispara, atravesándole sus tres cabezas con una sola flecha, obteniendo así el ganado que tenía que llevarle a Euristeo.

Aquí cabe una reflexión: ¿qué implica tener que enfrentarse al hombre más fuerte de la tierra? Sencillo. Implica tener que enfrentarse con uno mismo, ya que no hay nada más fuerte que uno mismo. Las luchas contra las adversidades que consideramos imposibles, es básicamente la lucha contra nuestros propios miedos. Sastre: “pensemos en grande, hagamos lo imposible”. Así como Hércules mata a Geriones con una sola flecha, una sola palabra firme, una sola acción categórica, un sólo pensamiento preciso puede lograr el gran cambio anhelado, quizá el cambio que necesitamos en Nicaragua. Para ello son necesarias las ganas y la necesidad real de cambiar que tengamos, y sobre todo, el don de poner a Nicaragua sobre cualquier otro criterio o excusa.

Me incomoda ser repetitivo, pero en esta ocasión vale la pena. Nicaragua se encuentra en la encrucijada histórica más determinante de los últimos años: ¿permitiremos que la dictadura bicéfala y esos otros monstruos incompetentes continúen arrancándonos el futuro de nuestras manos? ¿Dejaremos que el pacto de las cúpulas liberosandinistas siga repartiéndose Nicaragua como a un botín? Es tiempo de reflexionar y de actuar, es tiempo de sumar esfuerzos, porque al monstruo de dos cabezas le están creciendo más cabezas: más corrupción, más desprecio e insensibilidad a las necesidades populares, más negocios turbios en las instituciones estatales, es decir, menos futuro para nosotros, nuestros padres, nuestros hijos y nietos. Pero aún podemos lograr un cambio, porque si bien el monstruo bicéfalo tiene ahora nuevas cabezas, todas hacen parte de un mismo animal, y las cabezas no se hablan ni se ven ni se quieren reconocer. Cambian de opinión frecuentemente, y si hablan de diálogo nacional, es únicamente para reírse de otros monstruos incompetentes, quizá también para reírse de nosotros mismos en el fondo.

Pero como el Hércules mítico, se puede vencer, aunque la tarea no sea fácil. Claro que hace falta mucho, pero la voluntad es lo primero. Castiguemos con nuestros votos a los pactistas e incompetentes, manifestemos nuestro abierto repudio a todo aquello que vaya en contra del pueblo, hagamos oídos sordos a la demagogia trasnochada y, sobre todo, luchemos cívicamente por Nicaragua. Claro que sí se puede, hoy más que nunca sí se puede. La conexión es simple: si Nicaragua está mejor, nosotros también estaremos mejor.

Horrendo monstruo bicéfalo –y tu acompañante incompetente- que deambulas en los pasillos de la Asamblea Nacional e instituciones estatales, ¿oís los gritos de inconformidad que salen de las bocas del pueblo nicaragüense? Si no te has dado cuenta, somos pequeños Hércules luchando contra vos.

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© Ulises Juárez Polanco v4 | JP, MD, y UJP | 2,651,530 visitas desde 21/09/2011
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