!Miró estrafalario
Miró ama al aire y al cometa que persiguen la estrella danzarina del universo.
Fabio Magalhães. Curador brasileño.
¿Cómo estar Porto Alegre y –sólo que hubiésemos perdido la cordura- no visitar la muestra !Miró mirabolante, organizada por Banco Santander, Embajada de España en Brasil y Prefectura Municipal de Porto Alegre? La decisión no era confusa. Sin pensarlo dos veces, entramos al Santander Cultural, en la Praça da Alfândega, a ver, cara a cara y, con éxtasis, prácticamente rozándolas, las muestras de grabados, litografías y xilografías originales de Joan Miró (Barcelona; 1893-1983), referencia ineludible de la creación artística del siglo XX.
La muestra estuvo abierta originalmente al público del 18 de marzo al 20 de julio, pero hubo necesidad de prolongarla hasta el pasado 28 de agosto por la gruesa concurrencia: más de 150 mil personas, según datos de los organizadores. Se presentan 172 trabajos (además de 25 pósteres) del artista plástico que, según André Breton, líder del movimiento surrealista, fuera “el más surrealista de todos nosotros”, a pesar de la firmeza de Miró de no unirse a movimientos específicos.
Algunas de las grabaciones exhibidas en la muestra son interpretaciones de Miró a poemas de autores como João Cabral de Melo Neto, Jacques Prévert, Tristan Tzara e Rene Char. Lo curioso es observar que Miró no se limita únicamente a graficar en colores dichos textos literarios, sino mezclarlos con las posibilidades ilimitadas del universo miróniano, ese mismo en que se rompen las pautas tradicionales de representación pictórica. Por eso, si de poesía se trata, Miró la logra con la pintura y grabados como pocos artistas lo logran, revolucionando la pintura-poesía, alcanzando la aproximación casi perfecta del color-palabra.
Miró logra una belleza asombrosa con pocos trazos. Sus personajes son símbolos, colores y gráficos que a primera vista son trazos desordenados, pero que al observarlos detenidamente se tornan conocidos y muy nuestros, desde inquietos peces multicolores dentro del acuario de la tela hasta estrellas amarillas-azul-rojas centelleantes en el universo. Dicha transformación sólo puede nacer de una pasión desmedida, tal y como afirmó Miró. “Trabajo en estado de pasión y arrebatamiento. Al iniciar una tela, obedezco a un impulso físico y a una necesidad de arrojarme: es una descarga física real”. Descarga física real también es tener la dicha de conocer su obra.
Cronológicamente hablando, los trabajos presentados en !Miró mirabolante corresponden a los últimos 20 años de su vida. Representan una especie de síntesis del sentimiento de libertad que Miró siempre procuró expresar, hablando a través de su propio alfabeto compuesto de signos negros que sobresalen entre los colores, colores que hablan, gritan, y prácticamente nos exprimen la existencia para, finalmente, mostrarnos que el destino del hombre es –a pesar de todo- perpetuar lo bello.
En la entrada del Santander Cultural, en la Praça da Alfândega, Porto Alegre.
(Además: Portada),
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